algo maravilloso que nunca vi;
parecieran ser dos montes hermosos,
que cuidan esos ojitos lindos, que sólo me miran a mí;
y es que se elevan tanto, hasta un punto que parece sin fin;
que es una delicia mirarlas, tenerlas al lado, y así dejar de sufrir.
También me gusta mirar a tus ojos,
sentir tus placeres, y poder hacerte feliz;
llenarte de muchos besos, de esos enormes, que te gustan a ti, asi, volver a esas cejas, y uniendo las mías, decirte en tu cara, que por ti voy a vivir.
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